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Primera reseña carcelaria de Pablo Escobar 1974


Septiembre de 1974
Esta es la primera acusación registrada en contra Escobar por su delito preferido, el "robo de carros".  El denunciante fue un abogado de nombre Guillermo García Salazar, quejoso por la pérdida de un Renault 4 modelo 73, placas LK-8028;  es un robo que se produjo sin violencia, al estilo de la banda de Escobar, usando el duplicado de la llave del carro.  En apenas cuatro días se vio involucrado en una segunda denuncia de robo, esta vez de un Renault 12 de propiedad de León Javier Duque Giraldo;  el carro se encontraba estacionado y Escobar con habilidad lo rondó, lo abrió,  lo encendió y se lo llevó;  muy rápido  lo capturaron porque el dueño lo había visto pasar repetidas veces por la calle del hurto en un Renault 4 rojo de placas LW 8344 y con un letrero bien visible en el parabrisas con la leyenda de "Antioquia Federal" que era un singular movimiento independentista que estaba de moda por esos días.  Cuando la policía lo detuvo a pocas cuadras,  el Renault 4 que conducía resultó ser el mismo robado a Guillermo García Salazar, pero con las placas cambiadas; de entrada pesaron sobre él dos acusaciones por robo;  como coartada le pidió entonces a un vendedor de carros chocados que conocía,  Francisco Hugo Pizano Jiménez,  que declarara que el carro era suyo,  “que lo habían tomado de  un remate de chatarras de una compañía de seguros y lo habían reparado y que por tanto que no había ningún delito”;  pero el juzgado comprobó que del supuesto carro del seguro Escobar sólo había tomado las placas y que era en realidad el carro robado a García Salazar. Entonces Escobar involucró también en su declaración al dueño del taller de nombre José Dolores Galeano Cadavid, donde había llevado el Renault 4 del remate;  pero Galeano explicó que su única relación con Escobar era reparar en su taller los vehículos que él llevaba; como la coartada y los testigos poco le funcionaron, Escobar fue enviado por primera vez directo a la cárcel de "La Ladera" en el barrio Boston de Medellín.  Nunca les perdonó a Pizano y Galeano su delación.