Los Pepes hicieron explotar 100 kilos en el edificio Dallas, una torre de 15
pisos propiedad de Escobar, situada en la Avenida el Poblado, carrera 43A # 14-110, en Medellín.
Esta bomba es extraña por inesperada, muy temprano en la mañana, sin víctimas. "Los Pepes" habían empezado su accionar, pero este edificio no era objetivo de ellos. Escobar estaba dedicado a las bombas de Bogotá y había prometido, en su círculo interno no atacar más en Medellín. Una posibilidad es que durante el transporte del carro bomba este estalló donde no debía.
El gobierno apretó más las clavijas aumentando
hasta 5.000 millones de pesos la recompensa oficial (que equivalía a 6.700.000
U$ con una la tasa de 746 $), más todos
los millones que ofrecían los americanos, por supuesto. El aviso se publicó en 170 países usando
cuatro idiomas (Español, Inglés, Francés y Árabe).
El caballo de paso fino “Terremoto”, avaluado en un millón de dólares, el orgullo de Roberto Escobar Gaviria fue secuestrado en una de las pesebreras de
los hermanos Ochoa como otra maniobra
de presión de "Los PEPES". El 28 de agosto el pobre caballo fue devuelto vivo pero
castrado; el animal fue encontrado abandonado, desnutrido y atado a un poste en
la glorieta de “La Aguacatala”, al sur de
Medellín con un letrero que decía: “Aquí
le devolvemos el caballo Terremoto al temible Roberto Escobar”.
Este fue el almuerzo que encontraron entre servido y salpicado en la cocina de la casa del barrio Los Olivos, los miembros del Bloque de Busqueda cuando entraron a la fuerza a eliminar a Pablo Escobar.
Una secuencia de los momentos vividos en jardines Montesacro del sur al area metropolitana de Medellín. Hubo vivas, intentos de asonada, relativo desorden pero sin lesionados. Todos querían tocar el ataúd plateado.
Durante los 20 años de existencia de la tumba de Escobar, varias han sido sus modificaciones (Al menos cinco, esta con la frase de Confucio: "Cuando veas a un hombre bueno trata de imitarlo, cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo". Al principio estaba solo con su hermano Luis Fernando muerto en 1977.
Esta parece ser una de las dos primeras lápidas que tuvo la tumba de Escobar, para honrar a su padre Abel con el siguiente epitafio: "Mientras el cielo exista, existirán tus monumentos y tu nombre sobrevivirá como el firmamento".
Según la revista Semana, así lucía la tumba de Escobar en los primeros días luego de su muerte. Solo flores y fango, sin lápida alguna. Se veían las pisadas de cientos de personas que se hicieron presentes.